La labor de traducir el mundo
Los intérpretes gallegos exigen, en el Día Internacional de la Traducción, que los procesos sean desarrollados por profesionales y que se sigan normas de calidad para evitar errores.
Un error de traducción en un texto literario hace fruncir el ceño al lector; un error de traducción en un juicio puede tener graves consecuencias. La labor de los traductores e intérpretes permanece muchas veces en la sombra a pesar de ser crucial. Mañana se celebra el Día Internacional de la Traducción y los profesionales gallegos apuestan por el cumplimiento de unas normas que aseguren la calidad de las traducciones y por la profesionalización del sector.
AMAIA MAULEÓN - VIGO El mundo de la traducción va mucho más allá de que podamos leer a Paul Auster, Tolkien o Stieg Larsson en castellano o en gallego. La labor de los traductores tiene una importancia vital en juicios y en el mundo de la política, por ejemplo, y en estos ámbitos un error puede tener una enorme trascendencia.
Mañana se celebra el Día Internacional de la Traducción y los profesionales gallegos hacen un llamamiento a la calidad de los procesos y a la defensa de la profesionalización del sector. Para ello, los comités de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) que trabajan por la calidad de la traducción desembarcan el martes en Vigo, en la Facultad de Filoloxía e Traducción, para explicar su labor y exigir el cumplimiento de unos procesos que garanticen traducciones de calidad.
"Hay que poner en valor la traducción porque hasta ahora no se le está dando la importancia que merece cuando, en realidad, es una industria que genera nada menos que el 15% del Producto Interior Bruto (PIB) español", destaca Liliana Valado, profesora de la facultad y vocal del Comité de Traducción de AENOR desde el pasado mes de mayo.
En esta jornada se tratará de hacer llegar a los futuros traductores y a los que ya trabajan en el sector "la necesidad de que esté regulado por una norma nacional, que existan unos protocolos que aseguren buenos resultados", describe Valado. "En estos momentos estamos trabajando para que esta norma no sea solo de aplicación en España sino a nivel internacional", explica.
Entre las normas que exige el comité se encuentra la exigencia de unas tarifas de traducción y que se contrate a profesionales. "Para ahorrar costes nos encontramos que muchas veces se contrata a personas no profesionales, lo que puede suponer graves errores porque la traducción no consiste simplemente en saber hablar dos idiomas", advierte Valado. "Un error en un texto literario no tiene mayores consecuencias, pero un error de interpretación en un juicio puede ser muy grave", ejemplifica.
En este tipo de traducciones, explica la experta, "hay que ser muy fiel porque un titubeo o una forma de hablar puede ser muy importante. Además, hay que conocer la cultura de la persona que habla porque no solo se interpreta una lengua sino también una cultura".
El Día Internacional de la Traducción -que este año tiene como lema "Traducción como comunicación multicultural"- también pretende hacer visible a la sociedad que la traducción es una industria. "La mayoría de la gente se queda simplemente con la parte material de la traducción: el libro traducido, el impacto social es muy pequeño y eso provoca que a veces se descuide", admite la traductora.
Mientras tanto, los nombres de los traductores siguen pasando inadvertidos para los lectores y no tienen visibilidad en los procesos. Su labor es buena, precisamente, cuanto menos se haga notar. Sin embargo, sin ellos el mundo sería mucho más caótico.
TEXTO EDITADO.
FUENTE: