Histórica librería judía con “valor patrimonial” en el tradicional barrio de Once, Argentina
6.2.14
La librería Sigal se ubica en el Once que es uno de los barrios de Buenos Aires tradicionalmente identificados con la importante cantidad de familias judías que viven en él desde hace aproximadamente un siglo, pero además es uno de los centros comerciales más importantes de la ciudad y allí tienen su sede sus entidades comunitarias centrales, dos de sus principales instituciones sociodeportivas y varias escuelas y ieshivot (institutos rabínicos).
Asimismo, pueden encontrarse proveedurías especializadas en alimentos tradicionales -en especial para los ashkenazíes, debido a que originariamente la mayoría de las familias provenía de países de Europa Oriental- y locales de venta de productos destinados a la comunidad judía; entre ellos, varias librerías que también ofrecen artículos rituales como talitot (mantos rituales), tefilín (filacterias), kipot (solideos), candelabros, copas para Kidush (bendición del vino), y la librería Sigal, se encuentra entre las más antiguas.
Para los que conocen Buenos Aires, esta librería se encuentra sobre la avenida Corrientes, entre la calle Boulougne sur Mer y la avenida Pueyrredón, la cual fue fundada en 1930 por Simón Sigal y luego lo sucedieron su hijo Abraham y, ahora, sus nietos Rubén, Ariel y Gabriel.
En 2003 fue declarada “Librería de valor patrimonial” por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires porque “no solo es conocida por los miembros de la comunidad judía de la Argentina, sino también por los de otras, y se caracteriza por vender libros de interés judío en general, tanto sobre el judaísmo mismo como de toda la cultura judía, y los clientes, incluso no judíos, nos compran según sus inquietudes”, explicó Ariel Sigal a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
“Ashkenazim y sefaradim compran por igual, y también no judíos; muchas veces nuestros clientes tienen inquietudes espirituales o sin saber bien lo que quieren y nuestra librería es un lugar donde encuentran material para zanjarlas: simplemente nos cuentan lo que les pasó o vieron y les despertó curiosidad, los escuchamos y vamos dándoles asesoramiento, incluso sobre cosas que no vendemos, como el teléfono de un mohel (circuncidador) o dónde hay un restorán o almacén casher, por el simple hecho de que entraron y aunque se vayan sin comprar”, prosiguió.
“Como figuramos en varias guías de turismo judío del mundo y otras publicaciones, nos visitan turistas como curiosidad o para preguntarnos sobre la vida judía en la Argentina o direcciones de sinagogas”, agregó el nieto del fundador.
“Si bien desde hace 25 años hay un desplazamiento de judíos del Once hacia otros barrios, esa tendencia de movimiento demográfico en parte se revirtió y aquí hay mucha vida judía, que se renovó y nos sigue comprando”, puntualizó.
Desde sus orígenes, Sigal también edita libros de temática judaica, tanto rituales (TaNa”J -Biblia hebrea-, Tehilín -Salmos-, sidurim -ritual de oraciones diarias- y majzorim -para Rosh Hashaná y Iom Kipur, Año Nuevo y Día del Perdón-) como históricos; en su gran mayoría, traducciones al castellano. “Mi papá había visto que se usaba la traducción al ídish, un idioma circunscripto a una determinada área geográfica -el centro de Europa-, y que en la Argentina se iba a producir un desplazamiento al idioma local, el castellano -de la misma manera que en los Estados Unidos e Inglaterra se produjo al inglés y en Francia, al francés-, para la gente que no tenía conocimientos del hebreo; entonces hizo traducir sidurim y majzorim, tanto de acuerdo al núsaj (rito) ashkenazí como sefaradí, y los editó”, relató Ariel en referencia a Abraham, a quien calificó con precisión como “un pionero”.
Entre las obras más tradicionales de Librería Sigal pueden mencionarse “Historia universal del pueblo judío (10 tomos)” y el “Manual de historia judía”, de Simón Dubnow; el “Zóhar” (libro de la Kabalá, en 5 tomos); la “Guía de los perplejos”, de Maimónides; novelas como “Una hoja al viento”, de Milton Steinberg; y “Torat Emet”, el Pentateuco con traducción al castellano de acuerdo a la interpretación de comentaristas clásicos de la Torá y varios anexos explicativos.
> Este último, que tiene un particular éxito de venta, “no reemplaza el estudio de la Torá con Rashi (uno de sus principales exégetas), pero permite tener cierta comprensión sin necesidad de recurrir a otros textos”, explicó el nieto del fundador.
Los artículos religiosos más vendidos por Librería Sigal son kipot, januquiot (candelabro especial para la festividad de Janucá) y talitot.
Asimismo, pueden encontrarse proveedurías especializadas en alimentos tradicionales -en especial para los ashkenazíes, debido a que originariamente la mayoría de las familias provenía de países de Europa Oriental- y locales de venta de productos destinados a la comunidad judía; entre ellos, varias librerías que también ofrecen artículos rituales como talitot (mantos rituales), tefilín (filacterias), kipot (solideos), candelabros, copas para Kidush (bendición del vino), y la librería Sigal, se encuentra entre las más antiguas.
Para los que conocen Buenos Aires, esta librería se encuentra sobre la avenida Corrientes, entre la calle Boulougne sur Mer y la avenida Pueyrredón, la cual fue fundada en 1930 por Simón Sigal y luego lo sucedieron su hijo Abraham y, ahora, sus nietos Rubén, Ariel y Gabriel.
En 2003 fue declarada “Librería de valor patrimonial” por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires porque “no solo es conocida por los miembros de la comunidad judía de la Argentina, sino también por los de otras, y se caracteriza por vender libros de interés judío en general, tanto sobre el judaísmo mismo como de toda la cultura judía, y los clientes, incluso no judíos, nos compran según sus inquietudes”, explicó Ariel Sigal a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
“Ashkenazim y sefaradim compran por igual, y también no judíos; muchas veces nuestros clientes tienen inquietudes espirituales o sin saber bien lo que quieren y nuestra librería es un lugar donde encuentran material para zanjarlas: simplemente nos cuentan lo que les pasó o vieron y les despertó curiosidad, los escuchamos y vamos dándoles asesoramiento, incluso sobre cosas que no vendemos, como el teléfono de un mohel (circuncidador) o dónde hay un restorán o almacén casher, por el simple hecho de que entraron y aunque se vayan sin comprar”, prosiguió.
“Como figuramos en varias guías de turismo judío del mundo y otras publicaciones, nos visitan turistas como curiosidad o para preguntarnos sobre la vida judía en la Argentina o direcciones de sinagogas”, agregó el nieto del fundador.
“Si bien desde hace 25 años hay un desplazamiento de judíos del Once hacia otros barrios, esa tendencia de movimiento demográfico en parte se revirtió y aquí hay mucha vida judía, que se renovó y nos sigue comprando”, puntualizó.
Desde sus orígenes, Sigal también edita libros de temática judaica, tanto rituales (TaNa”J -Biblia hebrea-, Tehilín -Salmos-, sidurim -ritual de oraciones diarias- y majzorim -para Rosh Hashaná y Iom Kipur, Año Nuevo y Día del Perdón-) como históricos; en su gran mayoría, traducciones al castellano. “Mi papá había visto que se usaba la traducción al ídish, un idioma circunscripto a una determinada área geográfica -el centro de Europa-, y que en la Argentina se iba a producir un desplazamiento al idioma local, el castellano -de la misma manera que en los Estados Unidos e Inglaterra se produjo al inglés y en Francia, al francés-, para la gente que no tenía conocimientos del hebreo; entonces hizo traducir sidurim y majzorim, tanto de acuerdo al núsaj (rito) ashkenazí como sefaradí, y los editó”, relató Ariel en referencia a Abraham, a quien calificó con precisión como “un pionero”.
Entre las obras más tradicionales de Librería Sigal pueden mencionarse “Historia universal del pueblo judío (10 tomos)” y el “Manual de historia judía”, de Simón Dubnow; el “Zóhar” (libro de la Kabalá, en 5 tomos); la “Guía de los perplejos”, de Maimónides; novelas como “Una hoja al viento”, de Milton Steinberg; y “Torat Emet”, el Pentateuco con traducción al castellano de acuerdo a la interpretación de comentaristas clásicos de la Torá y varios anexos explicativos.
> Este último, que tiene un particular éxito de venta, “no reemplaza el estudio de la Torá con Rashi (uno de sus principales exégetas), pero permite tener cierta comprensión sin necesidad de recurrir a otros textos”, explicó el nieto del fundador.
Los artículos religiosos más vendidos por Librería Sigal son kipot, januquiot (candelabro especial para la festividad de Janucá) y talitot.
FUENTE:
http://www.cciu.org.uy/news_detail.php?title=hist-rica-librer-a-jud-a-con-valor-patrimonial-en-el-tradicional-barrio-de-once-argentina&id=10773
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