Campaña para dar asilo a los
traductores dejados a su suerte en Afganistán
2.9.13
Este lunes se ha iniciado en España una campaña para solicitar al Ministerio de Defensa que conceda asilo a los intérpretes afganos que han trabajado para sus tropas y que han sido despedidos sin ninguna alternativa [Página de contacto]. "Los españoles, la gente normal de la calle, son nuestra última esperanza", aseguran los traductores.
Arrastrando sus pocas pertenencias, con cara desencajada, y sudando la gota gorda. Así han llegado este lunes a Kabul los últimos intérpretes afganos que han trabajado para las tropas españolas jugándose la vida en la provincia de Badghis, en el noroeste de Afganistán, y que ahora han sido abandonados a su suerte, a pesar de la amenaza de los talibán.
Un vuelo militar español los ha trasladado esta mañana desde Qala-e-now, la capital de Badghis -donde se encuentran la mayoría de los efectivos españoles-, hasta las ciudades de Kabul y Herat. "Nos han deseado suerte y nada más", lamentaban los traductores en la puerta de la base militar de KAIA, al lado del aeropuerto de la capital afgana, donde los han dejado con sus mochilas y bolsos.
Muchos militares españoles se han puesto en contacto con esta periodista para aclarar que la decisión de dejar en la estacada a los intérpretes afganos no es suya, sino del Ministerio de Defensa, y subrayar que no están de acuerdo en absoluto con esa medida. De hecho, algunos de ellos han mostrado abiertamente su disgusto por cómo se está tratando a estos chicos, y han realizado gestiones ante Defensa para que se les ayude de alguna manera.
Otros países con tropas internacionales en Afganistán han dado asilo a sus respectivos intérpretes afganos, al considerar que dejarlos en el país tras el repliegue de sus fuerzas, los condena a una situación de indefensión total debido a posibles represalias de los talibán. Por ejemplo, Estados Unidos ya ha concedido visado a 2.500 personas; el Reino Unido ha dado asilo a 600 intérpretes y a sus familiares; Noruega, a 21; y Francia y Alemania están estudiando caso por caso. En cambio, España tenía hasta hoy unos 40 intérpretes afganos, y los ha despedido a todos sin ofrecerles ninguna salida.
"Los militares me han dicho que no pueden hacer nada por mí. Por favor, necesito que usted explique lo que me está pasando", imploraba por teléfono Rahimi, un joven de 23 años que ha trabajado durante cuatro como intérprete para las tropas españolas, y era considerado como uno de los mejores por los propios militares. Hace dos semanas los talibán intentaron extorsionarle, asegura.
"Me enviaron una carta pidiéndome veinte mil dólares y, como no pagué, han prendido fuego a mi casa", explica el chico, que es originario del distrito de Gozara, en la provincia de Herat, en el noroeste del país, y ahora se ha mudado temporalmente a la capital provincial, porque tiene miedo de regresar a su pueblo. "No sé cuánto tiempo podré durar aquí. En mi pueblo vivía con mi mujer en una casa que me dio mi padre. Aquí, en la capital, todo es demasiado caro", lamenta.
De hecho, ése es el problema que tienen todos los intérpretes que han aterrizado este lunes en Kabul. Ninguno se atreve a regresar a casa. "No sé dónde voy a dormir esta noche. Tengo que buscar algún hostal o habitación de alquiler", comentaba compungido Eltaaf, que tiene 25 años y ha trabajado cuatro para las tropas españolas. Es originario de la provincia de Takhar, en el norte de Afganistán, pero asegura que allí no puede volver, porque es una zona rural y todo el mundo sabe que trabajó para los españoles.
Bayan, de 25 años y que trabajó como traductor durante tres, también pasará esta noche en un hostal. Es de la provincia de Badakhshan, también en el norte. Din, de 24 años; Jawad, de 25, y Mumtaz, de 21, se alojarán de momento en casas de familiares en Kabul, hasta que encuentren una solución, aunque no saben cuál. Son de las provincias de Faryab, Takhar, y Logar, respectivamente.
"Mi padre vendrá a verme a Kabul", comenta Mumtaz, que asegura que su familia le ha dicho que intentará ayudarlo económicamente para que pueda salir del país. Porque ése es otro problema. Ninguno tiene suficiente dinero para poder huir de Afganistán.
Según dicen, en agosto han cobrado un poco más de su sueldo habitual - 820 euros, en vez de 600 o 700 -, ya que han trabajado muchas horas extra. Y también les han pagado 750 euros más por septiembre, porque en teoría su contrato acababa a final de mes, aunque los han despedido antes.
"Justificaron que a final de septiembre no había vuelos para trasladarnos hasta Kabul y Herat", explican los traductores. Pero no les han dado finiquito, ni compensación alguna.
Algunos intérpretes han empezado a buscarse la vida como pueden. Ghulam, de 23 años y que ha sido traductor durante tres, ha solicitado asilo en la embajada de Australia, dado que la española no les ha ofrecido ninguna posibilidad en ese sentido. De momento, sigue a la espera.
FUENTE:
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/02/espana/1378136184.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario