domingo, 30 de marzo de 2014

Intérpretes de saldo en la Policía

26.2.14
 
Los policías que trabajan en la primera línea de la lucha contra la delincuencia internacional saben bien de la importancia de los intérpretes. Recientemente varios responsables de la Comisaría General de Policía Judicial se han quejado a sus superiores de las condiciones de trabajo de los que en muchas ocasiones son sus principales aliados.
 
Hay un lugar en el complejo policial de Canillas –sede de la Comisaría General de Policía Judicial­- muy similar a lo que debió ser la bíblica Torre de Babel: trabajando en decenas de ordenadores conectados a Sitel, se agolpan hombres y mujeres que hablan rumano, búlgaro, yoruba, mandarín, farsi, urdu, árabe, italiano, ruso... Son los intérpretes que trabajan para la policía traduciendo las conversaciones de los teléfonos intervenidos por orden judicial. Su labor se ha convertido, en la era de la delincuencia globalizada, en algo fundamental y policías e intérpretes forman muchas veces un equipo de trabajo sólido, pétreo como una roca. "En más de una ocasión, ha sido el intérprete el que nos ha orientado una investigación hacia el lado correcto, porque ellos llegan a conocer a los malos mejor que nosotros, los escuchan durante cientos de horas y saben captar matices que en una traducción es imposible captar", cuenta un veterano inspector jefe dedicado a la lucha contra la delincuencia internacional.
 
Muchos de los intérpretes que trabajan habitualmente con la Comisaría General de Policía Judicial son personas de máxima confianza de los agentes, que llevan colaborando en investigaciones de crimen organizado desde hace una década. Por ellos pasa información muy sensible y, sobre todo, muy valiosa para los delincuentes. La tentación de pasarse al lado oscuro siempre está latente: "Hemos tenido un par de casos de intérpretes que han dado información a los malos –reconocen desde la Policía-, pero son casos completamente aislados. Aunque parezca mentira, son personas absolutamente leales, pese a que podrían ganar mucho más dinero pasándole información al otro lado".

Los policías que trabajan en la primera línea de la lucha contra la delincuencia internacional saben bien de la importancia de los intérpretes. Por ello, por interés profesional y también por humanidad, varios responsables de la Comisaría General de Policía Judicial se han quejado recientemente a sus superiores de las condiciones de trabajo de los que en muchas ocasiones son sus principales aliados. Desde que la Dirección General de la Policía externalizó hace unos años el servicio de intérpretes –algo que no ha ocurrido en la Guardia Civil-, estos cobran, no directamente de la policía, sino de la empresa adjudicataria del servicio, que sale a concurso puntualmente.
 
Muchos de los traductores van cambiando de una compañía a otra en función de la que gane el concurso, porque los policías quieren trabajar con un intérprete determinado, no con una empresa. La externalización ha supuesto una considerable merma en el sueldo de los traductores, que apenas superan los 900 euros mensuales: "Nos pagan seis euros la hora –cuenta una de ellas- y se supone que nunca podemos superar las ocho horas diarias de trabajo, pero eso casi nunca es así..."

Efectivamente, la realidad es bien distinta, tal y como narra un inspector jefe: "Están disponibles las 24 horas al día, exactamente igual que nosotros. Les llamamos por la noche, de madrugada, los fines de semana..." Las investigaciones no tienen horarios y basta para explicarlo un ejemplo que pone otro responsable de la Comisaría General: "Si se produce un secuestro entre extranjeros –y hemos tenido ya unos cuantos, sobre todo en la comunidad china-, el intérprete trabaja con nosotros en tiempo real, tiene que estar pegado al teléfono continuamente, les hemos llegado a tener trabajando tres días seguidos, sin descansar". Y, naturalmente, cada una de esas horas extras trabajadas por los intérpretes pasan al mismo limbo que las que hacen los agentes operativos.
 
Esos agentes operativos son los mismos que, en ocasiones, tienen que tirar de su propio bolsillo para echar una mano a los intérpretes: "Cobran los días 10 de cada mes y muchos de ellos hacen frente a hipotecas que les pasan en los primeros días de mes, así que a veces les hemos prestado dinero".
 
Un inspector jefe resume el sentir de muchos compañeros. "Son uno más, trabajan codo con codo con nosotros, pero con un agravante. Muchas veces conocen y hasta conviven con los tipos a los que están escuchando y nunca tienen la tentación de traicionarnos. No creo que merezcan un trato como el que les dan".
 
Los recortes y las externalizaciones tocan aquí a una de las zonas más sensibles de la lucha contra el crimen organizado, pese al clamor de los que batallan en la primera línea.


FUENTE:
http://www.zoomnews.es/206567/pringue/interpretes-saldo

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