jueves, 4 de octubre de 2012

Una alegría para Anna Karénina


 
Víctor Gallego ha obtenido el premio que otorga la Fundación Yeltsin a la mejor traducción del ruso al español por su versión de ‘Anna Karénina’, publicada en Alba editorial. Aprovechamos la ocasión para repasar las ediciones anteriores de este galardón y el buen momento que vive la traducción de obras rusas en España.
 
Los debates en torno a la traducción suelen acabar en tablas. Se persigue una supuesta perfección cuando es inalcanzable. Pero en eso mismo radica su encanto. Ante el reto de verter a otra lengua un texto literario, el traductor no dispone de un decálogo infalible: las excepciones siempre superan a las reglas. Una buena traducción depende de tantas variables que, cuando un lector que desconoce la lengua original del libro, vibra en resonancia con el texto traducido se obra un pequeño milagro. De repente se borra la distancia cultural que había entre autor y lector. Lo que antes constituía una conferencia de larga distancia con insalvables interferencias deviene una conversación íntima y comprensible. Porque la traducción no se limita a las equivalencias semánticas. Sin tener en cuenta la musicalidad de cada lengua, una traducción nace incompleta.
 


Este año se celebra la III edición del premio “La literatura rusa en España”, una oportunidad para comprobar la salud de la oferta de títulos de autores rusos dentro del mercado editorial español. En un continente como el europeo, donde la lengua común es la traducción, con 23 idiomas oficiales en la Eurocámara, la figura del traductor merece tener especial relevancia. Pushkin dijo que los traductores son caballos que se cambian en las postas de la civilización. Nabokov, traductor al inglés del bardo ruso, se contentaba con que los lectores utilizaran su esfuerzo como cabalgadura. El traductor, pues, es la correa de transmisión del motor de las culturas, el posibilitador de la globalización cultural y el que mantiene la riqueza del ecosistema lingüístico local.

Marta Rebón, ganadora en la primera edición por ‘Vida y destino’, destaca “la gran responsabilidad y esfuerzo que supone verter algunos monumentos literarios a otra lengua, algunos de ellos escritos con un compromiso ético y personal que obligan a redoblar la pasión que uno pone a la hora de traducirlos”. Traductora también de 'El doctor Zhivago', nos ilustra precisamente con uno de los consejos de traducción que Borís Pasternak daba a Olga Ivínskaya, inspiradora del personaje de Lara Antípova en la novela del premio Nobel: hay que buscar siempre una precisión mayor que la del original. “Aunque no comparto del todo ese consejo, de alguna manera da una idea del trabajo que supone traducir”, añade.

El próximo 29 de junio, en la Embajada de la Federación de Rusia en Madrid, se hará la entrega del premio a Víctor Gallego por su nueva versión del clásico tolstoiano. La nueva publicación de esta novela en que, según Nabokov, “se despliega toda la magia de Tolstói”, coincidió con la celebración del centenario de la muerte del autor de ‘Guerra y paz’. “Después de trabajar en un libro así no es fácil ilusionarse con otros proyectos”, declara a Rusia Hoy. Y es que las mil páginas de ‘Anna Karénina’ se siguen leyendo con igual interés en el siglo XXI, a la espera del inminente estreno de la nueva adaptación para la gran pantalla de Joe Wright. Víctor Gallego es un asiduo en el catálogo de Alba, sello que también publicó el título ganador del año pasado, de Nikolái Leskov, 'El peregrino encantado', en versión de Fernando Otero. En esta novela de sabor picaresco, dice el traductor, “Leskov nos deslumbra con la viveza y variedad de las anécdotas relatadas y la sucesión vertiginosa de giros argumentales, con la presencia colosal de la inabarcable naturaleza rusa y, en fin, con una riquísima galería de personajes algunos de los cuales, resultan especialmente memorables”.

En la presente edición, de entre los 41 títulos presentados, obtuvieron una mención especial del jurado Helena Vidal por ‘Armenia en prosa y en verso’ de Ósip Mandelstam (Acantilado), Jorge Ferrer por ‘El libro negro’ de Ilyá Ehreburg y Vasili Grossman (Galaxia Gutenberg), que pronto irá ya por la cuarta edición, María García por 'Una noche con Claire' de Gaito Gazdánov (Nevsky Prospects) y Jorge Saura y Bibicharifa Jakimziánova por 'La Gaviota. Tío Vania' de Antón Chéjov (Alba).



FUENTE:
http://rusiahoy.com/articles/2012/06/15/una_alegria_para_anna_karenina_17515.html

TEXTO EDITADO.

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