lunes, 18 de febrero de 2013

Pacientes sin intérpretes están entre la vida y la muerte
 
 
15.2.13
 
Preparan iniciativa de ley para obligar a que el estado de California designe fondos para que por los menos los pacientes de Medical tengan acceso a un intérprete.


SACRAMENTO.- Bajo el efecto de los sedantes y medicamentos para el dolor luego de que un automóvil la atropelló, María Trinidad Escobar, con tres meses de embarazo, batallaba en su cama de hospital para interpretar a su madre toda la información que le daba el médico.

"Fue algo muy difícil. Mi madre tenía que tomar decisiones sobre mi salud en el hospital, pero yo aunque entendía lo que me decían los médicos en inglés, no se lo podía explicar. No tenía la cabeza clara. Estaba nerviosa, adormecida con tanto medicamento. No estaba en mis cinco sentidos. No podía mover mis piernas y tenía la cadera dislocada", narra a La Opinión.

María Trinidad Escobar dice que nunca se le ocurrió pedir un intérprete y no sabe siquiera si tenían alguno en el hospital en el que estaba en San José.

Contra todos los pronósticos, esta hispana no sólo se recuperó sino que su bebé nació sano y hoy tiene cuatro años.

La historia de María Trinidad Escobar tuvo un final feliz, pero para muchos californianos que no dominan el inglés, el no contar con un intérprete en un hospital o en el servicio médico, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, o la pérdida de lo que más anhelan.

En febrero de 2011, Rocío Longoria con tres meses de embarazo acudió al Hospital Santa Clara Valley porque tenía un sangrado excesivo. Cuando estaba en consulta después de seis horas de espera, dejó al médico unos minutos para pedirle a una persona que iba pasando a la que escuchó hablar español, que la ayudara a comunicarse en inglés. El desconocido aceptó pero cuando regresó al consultorio, el médico le dijo que por salirse de la consulta, la había perdido y se fue sin darle ningún tratamiento, según le interpretó el individuo.

"Me repitió una y otra vez que yo no tenía nada y no tenía nada que hacer ahí mientras yo sangraba mucho". Rocío regresó a su casa y pasó tres días sangrando. Desesperada, finalmente se fue al Gardner Health Center y mientras trataba de comunicarse con un médico que no hablaba español, se desmayó. Fue trasladada de emergencia a otro hospital donde finalmente le tuvieron que remover su feto. "Para mi, era mi bebé de doce semanas, una ilusión muy grande. Creo que si yo hubiera tenido un intérprete hubiera hecho una gran diferencia. Me sentí impotente, humillada por no hablar bien inglés y no poder explicar cómo me sentía", cuenta con voz triste y desolada.

Camille Llanes-Fontanilla piensa que si su tío Eduardo Jacinto, un inmigrante filipino, quien era residente en San José, hubiera tenido acceso a un intérprete, quizá el cáncer que lo llevó a la muerte hubiera podido ser prevenido.

"Mi tío tenía un inglés limitado. Hablaba ilocano, un dialecto filipino y durante meses acudió al hospital donde le diagnosticaron gota - una enfermedad metabólica-. Pero resultó que no tenía gota, sino cáncer. Y un viernes le dijeron que tenía cáncer en etapa cuatro y le daban tres meses de vida. Mi tío de 42 años murió el lunes siguiente", recuerda con tristeza.

Camille Llanes-Fontanilla piensa su tío no se atrevió a pedir un intérprete por miedo al sistema de salud o por orgullo, pero no entiende por qué no le ofrecieron un intérprete en el hospital cuando vieron sus limitaciones para hablar inglés. "Mi tío podría haber vivido más tiempo o se habría salvado, porque los estudios demuestran que el cáncer a tiempo es curable. Pero sin un intérprete que lo ayudara a entender y comunicarse con los médicos, no fue posible", se lamenta.

Los dolorosos testimonios de los pacientes que no dominan inglés y quienes no han tenido la oportunidad de contar con un intérprete en los hospitales, llevaron a la Federación Americana de Empleados Municipales, de los Condados y del Estado (AFSCME) a iniciar una campaña para que a través del programa Medical se proporcionen intérpretes.

"En el estado hay leyes que dicen que el servicio debe ser culturalmente competente, pero no se han dispuesto estos fondos y queremos que el estado los designe", dijo Enrique Valencia de AFSCME.

De acuerdo a Valencia, el presidente de la Asamblea, el demócrata de Los Ángeles, John Perez, prepara la presentación de un proyecto de ley para obligar a que se proporcione intérpretes en los hospitales a aquellos pacientes de Medical que así lo necesiten. El dinero vendría de la reforma federal de salud.

Jan Emerson-Shea, portavoz de la Asociación de Hospitales de California señala que los nosocomios están obligados por ley a tener una política de asistencia del lenguaje para los pacientes. "Hay diferentes metodologías para dar esta asistencia, y cambian de hospital a hospital, con base en las necesidades de la comunidad", explica.

Sin embargo, comenta que ellos no dan seguimiento sobre cómo se proporciona dicha asistencia. "Muchos hospitales usan una combinación de intérpretes, empleando a su personal, o por medio del teléfono", indica.

No obstante, Valencia argumenta que ese mandato para los hospitales no se cumple porque se dieron los fondos. "Por eso la gente está sufriendo, ya que los hospitales se las inventan para no proporcionar el servicio. Usan como intérpretes a personal que es bilingüe o el médico llama por teléfono a un operador bilingüe cuando necesitamos un servicio de intérpretes de calidad", expone.

Angela Thielsen-Martin, una intérprete y traductora médica certificada desde hace 20 años y quien trabaja de tiempo completo para el Hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles, considera que cuando un paciente que no habla inglés o no lo domina, no cuenta con un intérprete cuando tiene un dolor o una afección y no tiene la mente clara, puede poner en riesgo su vida.

"Tampoco pueden agarrar como intérprete al primero que pase, porque hay vidas en juego. Estamos hablando de dosis, términos médicos difíciles de entender. Cuántas veces he escuchado decir a los pacientes, es que no entendí, pusieron a explicarme a la recepcionista, a mi hija", dice Thielsen-Martin, quien estima que para que un intérprete funcione tiene que ser certificado en el área médica con don de gente, temple y ecuanimidad.

Y recuerda como hasta les cambia el semblante a los pacientes cuando alguien le habla español. "Por ejemplo, yo llegó y lo primero que hago es llamarle por su nombre: Don Pedro, ¿cómo amaneció? Y de inmediato al paciente les sale una sonrisa. Y les explico y me aseguro que me hayan entendido bien.


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