viernes, 1 de marzo de 2013

‘Me autorregalo días enteros para leer’

1.3.13

Jordi Mas López (Santa Coloma de Queralt, 1972) es licenciado y doctor en traducción por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), y actualmente ejerce como profesor del área de estudios de Asia Oriental en el Departamento de Traducción e Interpretación.




- ¿Lee mucho?
- Tanto como puedo. Me sienta bien. De vez en cuando me tomo mañanas, tardes o días enteros solo para leer, como autorregalo. Cuando estoy acabando un libro y tengo que ir a algún sitio, suelo coger otro por si se me acaba el primero.

- ¿Qué género?
- Cualquiera. Lo que más leo es narrativa, pero también poesía, ensayo, autobiografía... Hace unos años descubrí el mundo de la novela gráfica. Estoy abierto a todo y, cuando leo por placer me dejo llevar por el impulso.

- ¿Papel o libro digital?
- Tengo un lector digital, pero no estoy muy cómodo con él. Sin embargo, ya no sé dónde meter los libros en casa. Estoy seguro de que el futuro del libro es digital y que llegará un momento en que la experiencia de lectura será tan agradable como la del papel.

- ¿Qué tiene Japón que le seduce tanto?
- Personalmente hay cosas de Japón que me entusiasman como su literatura, su música o su arquitectura, y otras que me dejan más bien indiferente. Y, seguramente, eso es lo interesante: hay un Japón diferente para cada tipo de persona.

- ¿Cuándo se interesó por su idioma y literatura?
- Cuando empecé a estudiar Traducción e Interpretación en la Universitat Autònoma de Barcelona, elegí el japonés como segunda lengua extranjera sin saber prácticamente nada ni del país ni de su cultura. Más tarde, al ir a estudiar allí descubrí su sociedad y empecé a meterme en su cultura, que es fascinante en muchos sentidos.

- ¿Cuánto tardó a hablarlo?
- Creo que tardé unos siete u ocho años en llegar al nivel que tengo ahora. Ni la pronunciación ni la gramática japonesa son especialmente complicadas, pero la lengua en sí no tiene nada que ver con las nuestras, indoeuropeas, el sistema de escritura es complicadísimo, y nunca dejas de encontrarte con vocabulario nuevo.

- ¿Tenemos cosas en común o somos muy diferentes?
- Estuve un año y medio en Tokyo, en la Universidad de Sophia, y dos años trabajando en el Gobierno de la Prefectura de Mie. Se me hace difícil hacer generalizaciones. El tópico dice que tanto los japoneses como los catalanes somos muy trabajadores; yo añadiría que, sin embargo, tenemos estilos muy diferentes, puesto que ellos dan más importancia a las dinámicas de grupo, y aquí tendemos a pensar en términos de competencia individual.

- ¿Qué es más difícil traducir: una serie de animación  para el público infantil y adolescente o un libro clásico?
- No diría que un tipo de traducción sea más complejo que el otro, sino más bien que la complejidad reside en aspectos diferentes.

- Explíquese.
- En las series de animación, es esencial ajustar las réplicas a la duración del original sin perder inteligibilidad ni naturalidad, especialmente porque te diriges a un público, infantil o adolescente, que se quiere divertir y es muy exigente. La traducción de obras clásicas presenta otro tipo de problemas, que derivan de la lejanía lingüística y cultural entre la tradición japonesa y la nuestra.

- Hay series de dibujos con nombres muy extraños (‘Bola de Drac Z’ es un ejemplo). ¿Son traducciones muy libres o copiadas literalmente?
- Bola de Drac Z es una traducción literal, pero hay que tener en cuenta que la serie original tiene el título en inglés (Dragon Ball Z). En general, si el nombre de la serie nos parece extraño, cabe esperar que se haya traducido literalmente el título original, porque, de otro modo, se buscan títulos que suenen más naturales.

- Stieg Larsson ha captado el interés mundial por la literatura sueca con una trilogía. ¿Ve posibilidades de que suceda lo mismo con autores nipones?
- De hecho, Haruki Murakami ya es un autor mundialmente conocido, y el lanzamiento de sus novelas se planifica a nivel global. Hace dos o tres décadas, otro autor japonés, Yukio Mishima, también obtuvo una gran repercusión mundial, y dos autores japoneses, Yasunari Kawabata y Kenzaburô Oe, han recibido el premio Nobel. Además de Murakami, hay un número considerable de autores japoneses cuyas obras se publican regularmente en Europa.  

- ¿Tiene otros proyectos a corto plazo?
- Sí tengo proyectos, aunque no encargos ahora mismo. Como he comentado, en el campo de la literatura clásica japonesa hay mucho, y muy bueno, por traducir, de modo que pienso ir trabajando y buscando maneras de hacer llegar el fruto de este trabajo a los lectores. En este sentido, la iniciativa del premio Vidal Alcover, que permite llevar a cabo proyectos de traducción que de otro modo quizás no podrían salir adelante, me parece encomiable.


FUENTE:
http://www.diaridetarragona.com/tarragona/075030/me/autorregalo/dias/enteros/leer

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