sábado, 17 de noviembre de 2012

Viaje a Japón con Murakami

 

 

17/11/2012

Un libro reivindica la japoneidad del autor de «Tokio Blues» -muy criticado por su influencia occidental- y muestra, a través de sus novelas, las claves para conocer la cultura nipona.


Viaje a Japón con Murakami

                                                     Haruki Murakami


El fenómeno Murakami ha reclutado durante las dos últimas décadas una legión de fans pero también ha generado numerosos detractores dentro de su propio país, Japón, donde se le ha acusado reiteradamente de ser demasiado occidental en su forma de escribir. Sin embargo, Carlos Rubio reivindica la japoneidad del escritor a través de un libro en el que disecciona toda sus obra, mostrando las claves que refrendan sus raíces.

«Mukarami es japonés a pesar de tener un barniz occidental. Es como esos rostros griegos, mitad tragedia y mitad cómicos. Esos rostros tienen también un corazón, y el de Murakami es japonés. Aunque ha vivido durante unos años en Europa y Estados Unidos (actualmente vive en Tokio), Japón es su habitat natural, y de vez en cuando sale a tomar el aire a Occidente», indica.

«El Japón de Murakami» (Aguilar) nació como un encargo de la editorial al traductor, especialista en literatura japonesa, Carlos Rubio, que, sin embargo, no era un gran apasionado de la obra del autor de «Kafka en la orilla». «Me había leído solo dos libros suyos, que me costó terminar», reconoce. Después tuvo que adentrarse en todas, «pero ya desde otro punto de vista», el análisis.

Mitos japoneses y jazz

En esta revisión exhaustiva, Rubio ha detectado temas recurrentes, como la constante presencia de personajes adolescentes, la soledad, la pérdida, el suicidio, la espiritualidad, la limpieza... Temas a través de los que Murakami cuenta la evolución de la sociedad nipona durante las décadas de los años 80 y 90.
«Mientras viví en Japón, entre 1985 y 1990, percibí una gran orfandad espiritual entre los jóvenes, causada por una infancia muy dura debida a la presión de un sistema muy competitivo para alcanzar el éxito. Muchos de ellos se quedaban en el camino porque se suicidaban con 10, 12 o 15 años (Japón es el país con mayor índice de suicidios infantiles en el mundo). Había una juventud desquiciada».

También están muy presentes «la estética, las costumbres, la naturaleza, la religión, la escritura, los mitos japoneses antiguos que están muy dentro de sus novelas, como el de la mirada prohibida de la mujer o la magia del nombre -decirlo es como entregarse-. También es cierto que en sus obras transitan «personajes femeninos muy abiertos y extrovertidos, más que los masculinos».

Además de desentrañar los submundos que entreteje Murakami en sus libros, Rubio propone un viaje al Japón actual, exento de clichés. «Es como una guía cultural que permite conocer la realidad brillante y luminosa de ese país, pero también sus claroscuros».

El traductor minimiza ese barniz occidental que aparece en las novelas de Murakami. «El jazz, beber cerveza y whisky son hábitos ya frecuentes en Japón. El propio escritor tenía un club de jazz. Eso es algo superficial en su obra. La profundidad reside en la espiritualidad de sus personajes, su sensibilidad, en su forma de relacionarse, sus costumbres, la comida popular, como la sopa misoshiru, los fideos udon». Es en los elementos cotidianos donde el escritor japonés muestra un lenguaje universal sobre el que subyacen unas «sombras amenazantes y que son los grandes temas de Murakami: la pérdida, la búsqueda de alguien que ha desaparecido... Sus personajes se sienten vacíos». La conjunción entre la realidad y lo onírico es otro de los leit motiv de sus novelas.

 

Verdades existenciales

Traductor de autores como Natsume Soseki, Yukio Mishima y Nagai Kafu, y director de la colección Maestros de la Literatura Japonesa de Satori Editorial, Rubio no podía pasar por alto este capítulo en la obra de Murakami, en la que aparecen escritores como Ogai, Akutagawa, Dazai y Oe. «Son referencias esporádicas, algo que ha contribuido a las críticas de aquellos que opinan que Murakami ha dado la espalda a la cultura tradicional de Japón, que él ha calificado en ocasiones de aburrida». Esto, sin embargo, no hace «menos japonés» al autor de «Tokio Blues», insiste.

Después de leer casi toda la producción de Murakami, Rubio reconoce que se siente algo más cercano a su literatura «porque he apreciado esas verdades existenciales que todo ser humano tiene a través de los sueños, de la búsqueda... Solamente por eso creo que es un gran escritor», concede. Lo que no le hace, sin embargo, acreedor al premio Nobel, galardón para el que cada año aparece como uno de los favoritos. «Lo veo difícil. Es un premio que depende de factores extraliterarios. A esto se suma su fama de escritor ligero, de cultura pop, y esto para los criterios conservadores de los académicos suecos también es un obstáculo», sentencia.


FUENTE:
http://www.abc.es/cultura/libros/20121117/abci-viaje-japon-murakami-201211161726.html

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