viernes, 18 de enero de 2013

Azaña traductor

18.1.13

Jesús Cañete ha publicado la Antología Negra de Blaise Cendrars (Ed. Ardora). Edición crítica sobre la traducción que en 1930 le encargara la mítica editorial Cenit a Manuel Azaña.   

Esta nueva edición, que posee una pulcritud tipográfica muy acorde con aquella de hace más de ochenta años –incluso desde la cubierta se le hace un guiño a la original–, está ampliada con la transcripción de la conferencia Sobre la literatura de los negros, pronunciada por Blaise Cendrars en la Residencia de Estudiantes de Madrid, en junio de 1925, traducida ahora por el poeta Tomás Segovia. Sin embargo, lo que resulta fundamental y enriquecedor en el volumen es el amplio estudio crítico de Jesús Cañete. Desde sus clarificadoras páginas se nos proponen una serie de puntos tan sugerentes, que nos invitan de inmediato a revisitar la obra del enigmático Blaise Cendrars, a conocer algo más sobre el fenómeno del “Negrismo", a desentrañar la peculiar relación de Azaña con las vanguardias y sobre todo a terminar reivindicando la impecable labor del Azaña traductor.

Ni Valera ni Cendrars, pero...
El carácter tan particular de don Manuel Azaña, ya le hizo afirmar y dejar por escrito en más de una ocasión que Juan Valera no era su tipo, ni en lo moral ni en lo literario. Sin embargo esta poca “atracción" hacia el personaje, dio como resultado una biografía merecedora del Premio Nacional de Literatura de 1926. Respecto al escritor suizo-francés Blaise Cendrars, también se empeñaba en marcar distancias, a pesar de coincidir los dos en su interés por George Borrow, pues ambos tradujeron La Biblia en España y Los Zincalí a sus idiomas respectivos.

De todos modos aceptó el encargo de traducir la Antología Negra que se publica en 1930 bajo el sello Cenit, una prestigiosa editorial creada en 1928 por Giménez Siles, Graco Marsá y Juan Andrade y que llegaría a alcanzar hasta 1936 más de doscientos títulos. La Antología pasó a formar parte de la colección folclore. Es entonces cuando se le ofrece a Manuel Azaña dirigir una colección marxista, que naturalmente rechaza. Será Wenceslao Roces quien termine dirigiendo la serie “Carlos Marx" para esa misma editorial, donde se publican textos de Lenin, Engels, Rosa Luxemburgo y por supuesto, El Capital.

Los ismos
La Antología Negra tendrá cierta incidencia entre los intelectuales españoles de entonces, al descubrirles el fenómeno del “Negrismo" que Ramón Gómez de la Serna reseñará brevemente un año más tarde en su libro Ismos. Tal vez la imagen más emblemática de aquel interés por las culturas africanas, la encontremos en la foto de Man Ray titulada “Blanco y Negro" en la que su modelo preferida sostiene una máscara femenina proveniente de Costa de Marfil.

Un flujo narrativo no demasiado vigoroso
Muchos azañistas han querido ver en el Azaña traductor unas necesidades pecuniarias. Franco Meregalli entiende que sería harto complicado desvelar las motivaciones y preferencias en las numerosas traducciones que llevó a cabo. De la misma opinión era Tierno Galván que coincide con Meregalli en que la labor traductora de Azaña le sirvió para tratar de pulir la exuberante riqueza de su lenguaje.   De todos modos debemos considerar exagerada la buena fe del hispanista italiano Franco Meregalli cuando llega a comparar Fresdeval –novela inconclusa y fallida– con El ruedo ibérico de Valle-Inclán; afirma incluso que la riqueza léxica en Azaña supera a casi todos los grandes prosistas españoles de su época (Unamuno, Azorín, Baroja, Valle Inclán, Pérez de Ayala, Miró...). 
 
Sin embargo –también escribe Meregalli– “...esta espontánea riqueza léxica se inserta en un esfuerzo estilístico. Decididamente Azaña quiere escribir bien... [llegando] ...a un despedazamiento sintáctico de origen barroco. Muchas veces da la impresión de que el flujo narrativo no es lo suficientemente vigoroso...".

Traductor del francés y del inglés
Enrique de Rivas logró reseñar quince de las traducciones de Manuel Azaña, a las que habría que añadir, al menos, las dos que realizó junto a Cipriano de Rivas Cherif; de una de ellas se conserva el manuscrito en el Casón de Tudanca porque pasó a ser propiedad de don José María de Cossío, del mismo modo que los derechos de La Biblia en España siguen siendo propiedad de la familia Cossío ya que fue un encargo de Jiménez Fraud para su colección ‘Alhambra’. El listado, efectivamente, resulta de lo más heterogéneo: Alfred de Vigny, Madame de Staël, Voltaire, Erckman y Chatrian, George Borrow, René Benjamin, Eugene Monfort, Prosper Merimeé, Cendrars, Chesterton, Jean Martel, Bertrand Russell y Jean Giradoux. Muchas de estas obras fueron pedidos concretos de la editorial Calpe para la popular colección Universal y algunas se reeditarían posteriormente en Austral. En muchos de esos casos, dada la época franquista, eliminando el nombre del traductor que, sin embargo, había sido un estrecho colaborador de la casa, hasta el punto de redactar su propia reseña biográfica en el primer apéndice de la Enciclopedia Universal Espasa. Teniendo en cuenta además que una gran parte de su obra literaria y política se publicó bajo aquel sello editorial en 1936, aunque lógicamente quedara sin distribuirse.      

Esta reedición de la Antología Negra, pero sobre todo el magnífico estudio crítico de Jesús Cañete Ochoa, sugiere, entre otras cosas, recuperar al Azaña traductor porque, sin duda, en muchos de esos textos se nos mostrará el andamiaje sobre el que el autor de El jardín de los frailes ambicionó construir una sólida obra literaria.



FUENTE:
http://www.dtorrejon.es/opinion/entre-libros-anda-el-juego/item/1849-aza%C3%B1a-traductor

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