domingo, 27 de enero de 2013

Puente entre dos lenguas


27.1.13

Cumplen una función que muchas veces no se nota y, sin embargo, resulta vital para tender puentes de comunicación entre los distintos idiomas del mundo. Los traductores y los intérpretes son quienes acercan personas y culturas a través de la literatura, son los encargados de traducir desde fórmulas químicas, un expediente legal, hasta el manual de vuelo de una aeronave.


Esta es una tarea que ha desempeñado con éxito desde hace 40 años la Asociación Guatemalteca de Intérpretes y Traductores (Agit), una iniciativa que surgió liderada por Ernesto Falla y un grupo de personas afines como el doctor Orlando Falla Lacayo, María Julia Bolaños de Sánchez, Bárbara Guissemann, Ilma Niederheitmann de Bayo, con los estatutos legales de Víctor Salomón Pinto.

La Agit cuenta con 78 socios, de los cuales 55 son activos. El resto son preactivos —no están apadrinados—, estudiantes y cinco socios honorarios. En la actualidad están autorizados para traducir nueve idiomas, incluidos hebreo, japonés, k’iche’, q’eqchi’ y kaqchikel. “Próximamente tendremos ruso”, indica su presidenta, Cristina Chocano Muñoz.

En este campo se han desarrollado especialidades como la jurídica-legal, medicina, ingeniería y arquitectura; economía y finanzas; ciencias sociales, literatura, él área científica y la interpretación simultánea.


AMPARO LEGAL
El traductor jurado se diferencia de un traductor casual en que puede dar fe pública de su conocimiento. Es decir, “hay presunción legal de veracidad respecto de ciertos funcionarios a quienes la ley reconoce como probos y verdaderos”, comenta Chocano.

En Guatemala existen varios establecimientos educativos para la formación de traductores e intérpretes. A nivel de licenciatura, las universidades de San Carlos y Mariano Gálvez. Como técnicos, la Universidad Galileo, además de siete escuelas que imparten estudios certificándolos con diploma.

A la fecha no se cuenta con un dato certero de los traductores profesionales que hay en el país. En el Ministerio de Educación se encuentran registrados con firma y sello 292, de los cuales el 96 por ciento es especializado en inglés-español. Cada año se gradúan, en promedio, 70.

Aunque el inglés es el idioma de mayor dominio por la mayoría de traductores, en el mundo las reglas están cambiando por las prioridades en las relaciones comerciales. De esa cuenta, hoy el mandarín está cobrando relevancia, asegura Chocano.

El trabajo de traducción se cobra por cada palabra traducida, dependiendo del idioma. La AGIT propone un arancel mínimo acordado en 50 centavos para inglés y un quetzal para otros idiomas. También se tiene un tarifario en traducción simultánea con sus distintas variantes. “Nos basamos en un código de ética”, indica Chocano.
 

FUENTE:
http://www.prensalibre.com/revista_d/Puente-lenguas_0_851315237.html

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